Los angeles... Seres que velan por nosotros noche y día. Hermosos seres alados, de suaves rasgos y preciosas alas de pluma blanca algodonada. Se sientan junto a nuestra cama mientras dormimos, nos cuidan a todas horas y velan por nosotros cuando estamos desprevenidos.
Hermosos y perfectos en su creación. De delicados gestos, tierno corazón, voz dulce y mirada celestial. Tan bellos en lo altos como las nubes y las estrellas. Luz blanca pra nuestras almas... enviados de Dios.
Son un sueño perfecto bajo la luz de la luna. Aunque no puedas verlos, siempre están ahí, cuidandote. Puedes sentirlos en cada latido de tu corazón. Solo los ojos de los niños pequeños llegan a verles. Derrochan su primor ante esos inocentes ojos, esos niños que les observan embelesados guardando ese recuerdo en la retina. Y los ángles les miran recordando los niños que ellos mismos fueron. Porque todos esos niños que Dios elige, son los que se convierten en ángeles desde pequeños y que crecen para cuidar de nosotros.