sábado, 12 de junio de 2010






Por cada uno de tus buenos pensamientos, un hada nace en el corazón de los cuentos y el mundo de la magía y la ilusión. Ahora ya sabes que nunca debes dejar de tener buenos pensamientos o la fantasía ira desapareciendo. No crezcas tan deprisa y disfruta de las pequeñas cosas que solo siendo niño puedes ver.



Ellas son el motivo de gran parte de tu alegría, las que te aportan felicidad con el simple batir de sus alas y llenan tu risa de ese tono alegre y risueño... Desde que naciste han alumbrado tu imaginación, ahora te toca a ti hacer tu parte. No dejes que desaparezcan y crea cuentos nuevos para que otros niños disfruten de su inocencia mientras dure... Entre todos, tenemos que cuidar el bosque de los sueños.








El mundo de las hadas

No sé si os gustan las hadas igual que a mí. Y no me refiero a las hadas de los cuentos, que esas molan cantidad, sino a las que se esconden en los bosques y salen solo cuando el sol ya no está en lo alto. Las que cuidan de nuestros sueños y de nuestra inocencia infantil... La magia está en sus pequeñas almas, pequeñas por su estatura, pero enormes por su corazón.

Aqui os iré mostrando muchas de las que existen y que todavía no conocéis.
Las hadas tienen diferentes formas, distintos tipos de vida y ocupaciones. Existen las hadas de las flores y la primavera, las hadas de la nieve en el invierno, las hadas recolectoras que descansan en el otoño y las adas que acentuan los colores del verano aprovechando los rayos del sol.

Todas las hadas tejen hilos de cristal con las gotas del rocío. Hacen que las flores se vean más hermosas al amanecer, colocando cada gota de escarcha de modo que el sol al despertar cree un abanico de colores en el bosque.


Hay quien confunde a algunas hadas con luciernagas porque cree verlas brillar mientras revolotean sobre los pequeños lagos y estanques. Cuando simplemente son pequeñas y diminutas hadas nocturnas que bailan formando formas sobre el agua y que dan luz en la oscuridad.



Y ahora un video de un ser que para mí es especial. Revolotea a mi alrededor igual que las hadas y me divierte mogollón.



En el mundo de los sueños te esperamos... Solo tienes que creer en nostras, porque cuando un niño deja de creer una de nostras muere y se pierde en el olvido. Nosotras somos la pueta al país de la fantasía... al país de Nunca Jamás...
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El duende de Los Sueños Una madre estaba harta de que todos los sábados sus hijos se durmiesen tarde. El motivo era que el duende de los sueños no venía a cantarles una nana, como hacía todas las noches de los demás días de la semana. Por eso decidió llamar al duende. -Me es imposible -se disculpó el duendecillo-, Los sábados tengo mucho que hacer, pues el domingo es día de fiesta y los duendes tenemos que ordenar el mundo para que esté más bello. No sólo debo ir al campo para ver si el viento ha quitado el polvo a la hierba y a las flores. ¡Además tengo que subir al cielo . -¿ Para qué? -preguntó la madre. -Para bajar las estrellas una a una y darles brillo. -Eso no es cierto, las estrellas están fijas en el cielo -dijo la mujer. -¿Lo va a saber usted mejor que yo? -protestó el duendecillo. La madre estaba dispuesta a discutir el tema, pero vio a sus niños dormidos y no quiso despertarlos. Así es que nunca sabremos si las estrellas están fijas o no.

Kimetz y June... una tarde en casa con Linda y Kukito

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Las noches de las hadas

Cuando es sol se oculta y el cielo se vuelve púrpura, las hadas se asoman para ver la llegada de la noche. En ella se cobijan y salen bajo las estrellas para jugar y bailar entre los árboles y las flores. Llenan con su luz los rincones más oscuros e invitan a los seres del bosque a participar de su fiesta. Se pueden ver bajo chispas de luz como si fuera brillantina o como cuando las luciérnagas vuelan de un lado a otro posándose en las ramas y las hojas, cuando tintinean sobre las flores al ritmo del sonido de los grillos y las cigarras que despiertan para verlas. Otras prefieren quedarse en las ramas admirando las estrellas y esperando que tal vez, con un poco de suerte, caiga alguna desde lo alto para recogerla y convertirla en el polvo mágico que las hace volar... el polvo de hada.